La inteligencia emocional (IE) ha sido un aspecto cada vez más importante en las listas de prioridades de los padres durante las últimas décadas. Mientras las generaciones anteriores se centraron principalmente en los conceptos tradicionales de la inteligencia – como el aprendizaje de los colores, los números y las letras – ahora estamos empezando a entender el significado de la crianza de niños emocionalmente inteligentes. El manejo de las emociones y el sentimiento de empatía son enormemente beneficiosos para el éxito de un niño en las relaciones, en lo académico y en su bienestar general.
A pesar de su notable aparición en la escena de la educación temprana, la inteligencia emocional a veces puede ser mal entendida o pasada por alto. Por eso queríamos que los padres y cuidadores conocieran los primeros signos de inteligencia emocional en los niños pequeños, para poder cultivarlos y fomentarlos. Si tu niño aún no ha mostrado ninguna de estas señales, no hay razón para preocuparse. El Instituto Gottman, que lleva a cabo investigaciones sobre la inteligencia emocional, explica que hay muchas estrategias que los padres pueden utilizar para empezar a enriquecer la inteligencia emocional de sus niños. Recuerda que nunca es demasiado pronto o demasiado tarde para empezar a fomentar la salud emocional de un niño.
Estos son algunos de los primeros signos de inteligencia emocional en los niños pequeños:
Llanto
Puedes pensar: «Bueno, ¿no lloran todos los niños pequeños?» ¡Excelente punto! Sí, todos los niños pequeños lloran. Pero esta señal temprana es más sobre nuestra reacción al llanto y no solo el acto de llorar en sí. El llanto es a menudo visto como un comportamiento negativo, no deseado o desobediente en la sociedad. Cuando los niños pequeños lloran en público, los padres y cuidadores pueden sentirse avergonzados o ansiosos. Pero es importante recordar que no hay que reprimir el llanto, pues se trata simplemente de un niño pequeño que expresa una emoción. Los niños pequeños que sienten que pueden llorar sin peligro cerca de los cuidadores sin recibir una reacción negativa o sin que se les pida que paren, muestran signos tempranos de inteligencia emocional.
Pueden etiquetar sus emociones
Darle nombre las emociones es un importante logro socioemocional en el desarrollo temprano. Saber lo que significa estar enfadado, triste o asustado, o la sutil diferencia entre frustrado y enfadado, es una parte esencial de la inteligencia emocional. Digamos que tu niño pequeño está una reunión jugando y corre hacia ti porque un amigo está con un juguete que quiere. Escucharlos decir «¡Estoy enfadado con Ana!» puede hacer que inicialmente sientas la necesidad de calmarlo, pero esta declaración es en realidad un signo positivo de demostración emocional.
Muestran signos tempranos de empatía
La empatía es una piedra angular de la inteligencia emocional (IE). Es la capacidad de reconocer cómo se siente otra persona, preocuparse por ella y reaccionar de forma comprensiva y compasiva. Aunque los niños pequeños son mayormente criaturas egocéntricas, lentamente desarrollan una conciencia de cómo se sienten los demás a lo largo de su segundo año. Es posible que notes que tu niño pequeño habla de cómo un personaje de un libro está molesto. Puede que te ofrezca un abrazo cuando escuche que te sientes triste. Incluso puede que se emocione al celebrar el cumpleaños de un compañero. Estos primeros actos de empatía son una prueba del desarrollo de la inteligencia emocional de un niño pequeño.
Son curiosos
La curiosidad también es un signo de la inteligencia emocional emergente en los niños pequeños. Querer explorar cada rincón, tocar cada superficie y preguntarse «¿por qué?» miles de veces al día puede ser engorroso para los padres y cuidadores, pero todas son características maravillosas de las personas emocionalmente inteligentes. Es importante prestar especial atención a estos niños curiosos para que su anhelo de conocimiento continúe a lo largo de los años.
Reconocer los primeros signos de inteligencia emocional no solo ayuda a los niños pequeños a prosperar, sino que también puede ayudarnos a fortalecer nuestra propia inteligencia emocional. Es un beneficio para el crecimiento emocional de todos.